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Desde siempre, las reglas que la sociedad ha impuesto a hombres y mujeres son totalmente distintas, y cuando hablamos de sexualidad entre un sexo y otro, existen muchas diferencias. A lo largo de la historia se ha visto a hombres y mujeres como distintos y se ha creado una dualidad entre lo que es el dominio y la persona dominada. En general (y en la sexualidad también) la mujer ha sido la dominada.

Sin embargo y, como todo, la sociedad y sus reglas cambian. En la actualidad, las mujeres y el mundo entero han logrado comprender la sexualidad femenina con todos sus componentes, desde un punto de vista más liberal y totalmente acertado. 

Las mujeres de hoy disfrutan abiertamente de su sexualidad tanto física, como social y psicológica. Sobre todo, disfrutan del sexo, su sensualidad y erotismo sin remordimientos. De hecho, para ellas y su disfrute existen tiendas eróticas que ofertan accesorios y distintos productos que hacen de las relaciones sexuales algo más placentero, pero ¿Cómo era antes?

Valoración histórica de la sexualidad femenina

La mayor parte de nuestra tradición y creencias parte de lo que cada una de las religiones ha impuesto como correcto o incorrecto. Desde los tiempos de dominio de los romanos y luego los cristianos, se ve y define a la mujer como un ser “pasivo”. Pero, aunque esta visión es la predominante, también se creó una visión opuesta en la que predomina el placer y esta fue una corriente propuesta por los hedonistas.

Entre dicha oposición, el predominio lo mantuvo siempre la mayoría, es decir, los romanos y cristianos, quienes además denotan al placer y el disfrute de la mujer como algo que no era correcto, o en otras palabras, un pecado. 

Precisamente, esta creencia viene desde la historia de Eva (en la creación del mundo), la primera mujer del mundo que se dejó llevar por el placer y sus deseos carnales, terminando esto en la seducción del hombre y la procreación humana. Al contrario, la historia de María (madre de Jesús) fue siempre contada como la buena, por ser la madre abnegada, fiel y bondadosa, en otras palabras, el ejemplo a seguir según la iglesia.

Desde este punto de vista, la sexualidad ha sido normalmente vista como la culpa, resultado del pecado. Sin embargo, con los avances sociales y cambios estructurales, poco a poco la visión ha ido cambiando.

La mujer ha sido insertada en el mundo como la coqueta, la madre, el objeto sexual o la seductora y también la trabajadora y la tierna. Aunque permanece la dualidad, la diferencia radica en que es más abierta y reconocida por todos. 

Auto reconocimiento del placer femenino

Hoy en día el placer ya no es un pecado y la mujer, pues es claro que al igual que el hombre, también tiene derecho a auto reconocerse como ser sexual que puede disfrutar del erotismo, la excitación y la relación sexual en general. 

Aunque la sexualidad de las mujeres se vive de manera muy distinta a la de los hombres, este ya no es considerado como un aspecto negativo y no se ve ya a la mujer como un ser pasivo o inferior ante el hombre. 

La mujer, a través de su auto reconocimiento, ha sido capaz de cambiar su pensamiento y el del mundo, haciendo que se le valore como un ser que también puede disfrutar o dar disfrute a su pareja. 

Liberación sexual de las mujeres

Todo lo anterior, nos lleva a un punto de actualidad en el que la sexualidad femenina se valora de manera distinta. Recordemos que el término engloba varios componentes más allá del punto de vista físico y estos son los sociales y los psicológicos. La sexualidad ya no es únicamente el sexo, sino también el amor y las relaciones sexuales.

Después de la revolución sexual, las mujeres han logrado un mayor empoderamiento de su cuerpo y de su sexualidad en general. 

Hoy son más las mujeres que también se masturban y disfrutan del sexo incluso adquiriendo roles que explotan su capacidad de seducción. De hecho, son muchísimos los productos eróticos de mujer que ellas y su pareja adquieren para crear un cambio de atmósfera en la habitación y la relación sexual.

La mujer actual disfruta su sexualidad

Conocer el cuerpo, las zonas de placer y la masturbación femenina ya no son un tabú en la sociedad. Hoy se habla de necesidades y gustos durante la relación sexual como algo que puede generar consecuencias positivas para la pareja y los individuos que la conforman.

De hecho, el disfrute de hoy se complementa con accesorios, distintos productos sexuales y también disfraces eróticos de mujer que incluso los hombres gozan al ver puestos. 

Como mujer, ya no debes sentirte inferior o ser pasiva sexualmente (a menos que así lo desees en el juego de roles). A veces también puedes tomar el control y la iniciativa, jugar y promover el placer. Disfruta de tu cuerpo, del erotismo y de tu sexualidad en general. Hoy tienes el poder.